Ya desde la antigüedad, el hombre ha entendido que el agua es un bien imprescindible para la vida, y ha trabajado en su gestión, tratamiento y aprovechamiento. Hoy queremos hacer un breve recorrido por la historia para ver como llevaban a cabo las antiguas civilizaciones las prácticas de tratamiento de agua.
Prehistoria y primeras civilizaciones
Más allá de acudir a las fuentes de agua naturales como ríos o embalses para asentarse y cazar, las primeras prácticas de gestión del agua se producen realmente con el comienzo de la práctica de la agricultura y la ganadería, cuando las tribus dejan de ser nómadas y empiezan a asentarse.
Mesopotamia, la primera civilización, tiene su origen de hecho, en los márgenes de los ríos Tigris y Éufrates. Son los sumerios los primeros que han dejado huellas de canalizaciones, embalses rudimentarios y aplicaron técnicas de distribución para manejar las corrientes de aguas naturales.
Son, sin embargo, los egipcios los primeros en aplicar técnicas de depuración de aguas para mejorar su calidad de consumo y rendimiento. Desde el 2000 a.C. ya se comienza a hervir el agua para eliminar agentes patógenos: El agua se calentaba, bien con fuego, con hierros calientes o con la propia luz del sol, y se dejaba pasar a través de arenas y gravas (los primeros filtros como los que empleamos hoy en día) para su enfriamiento.
Pero no queda ahí la cosa. Lo realmente sorprendente de la civilización egipcia, es que son los primeros en utilizar el mineral de alumbre y el sulfato de aluminio para separar los contaminantes de tipo coloide de las aguas. Esta técnica se sigue utilizando hoy en día y nos da una buena muestra del desarrollo y avance cultural de esta civilización.
Los clásicos: Grecia y Roma
Grecia, cuna de la filosofía, podemos decir que fue la primera en entender el agua como parte fundamental de sus ciudades. Aparece con ellos la gestión urbana del agua y el concepto como tal de aguas residuales. Son los primeros en desarrollar grandes estructuras de almacenamiento y distribución con materiales como la madera, el metal o la cerámica y en desarrollar estructuras como embalses de aireación y purificación.
No obstante, si hay una civilización que ha marcado un antes y un después en la gestión del agua esa es, sin género de duda, la civilización romana.
Los romanos son los grandes ingenieros del agua de la edad antigua. Ellos desarrollaron grandes presas para almacenar el agua, que se distribuía a las ciudades por complejos sistemas de canalización. Pero sin duda, el aspecto más destacable es que fueron los primeros en lograr transportar grandes cantidades de agua entre puntos muy alejados gracias a una de sus edificaciones más famosas, los acueductos.
En cuanto al tratamiento del agua, los romanos fueron pioneros en el concepto de las hidroterapias y del vínculo del agua con la salud. Los baños públicos, las termas o el uso medicinal de las aguas minerales son solo algunos ejemplos de esto.
Un imperio que hace aguas
Las invasiones de los bárbaros y la caída del Imperio Romano tuvieron una consecuencia devastadora en cuanto a la gestión y tratamiento del agua, abandonando toda práctica en este sentido. Esto, sumado al crecimiento de población en los núcleos urbanos, fue clave para que, con la llegada de la Edad Media, aparecieran en toda Europa multitud de problemas, enfermedades y epidemias derivadas de las aguas contaminadas.
No sería hasta el S. XVIII, con la revolución industrial y el desarrollo de las ciudades modernas que las técnicas de tratamiento de aguas recuperan su esplendor. Pero de esto os hablaremos más adelante. Esperamos que este recorrido por la historia os haya parecido interesante. En Eneragua nos gusta tener claro de dónde venimos en nuestro empeño por dar el mejor servicio posible en el desarrollo e implantación de sistemas para el tratamiento de aguas. Si quieres compartir algún dato o curiosidad con nosotros, te leemos. 😀