Como cada mes, te traemos un nuevo artículo de nuestro blog corporativo. En esta ocasión te vamos a hablar del sistema de purificación y tratamiento del agua más efectivo y natural: la ósmosis inversa. Hace unos meses dedicamos un artículo a hablar de este sistema en la industria y sus aplicaciones, ¿lo recuerdas? Hoy queremos ir un poco más allá y profundizar en ciertos aspectos como: ¿Qué es la ósmosis inversa? ¿En qué consiste? ¿Qué la diferencia de la ósmosis normal? Si nos acompañas, vamos a ello.

Naturalmente efectivo

La ósmosis inversa es un proceso de filtración del agua que funciona mediante presión, conduciendo la misma a través de una membrana semipermeable. La fuerza de esta presión ejercida sobre el agua hace que esta atraviese la membrana, separando el agua pura y limpia de cualquier posible contaminante que estuviera presente en ella.

Se trata de un proceso natural que ha demostrado una gran eficacia, por lo que es el más utilizado en los sectores industriales.

Pero… ¿cómo funciona?

De acuerdo, lo de antes era un breve resumen. Vamos a tratar de explicarte un poco mejor los diferentes elementos que intervienen en el proceso:

  1. Tenemos nuestra agua residual (obtenida como resultado del propio proceso industrial en cuestión), una disolución rica en moléculas contaminantes, que hacen que esta agua no sea apta ni para el consumo humano ni, en muchos casos, para su reutilización en otros procesos.
  2. Bien, como ya hemos dicho, en el proceso de ósmosis inversa lo que hacemos es aplicar sobre dicha agua una presión que hace que atraviese la llamada membrana de ósmosis, una membrana semipermeable que separa esas moléculas contaminantes de la propia agua.
  3. Esa presión ejercida sobre el agua residual debe superar la llamada presión osmótica, una de las propiedades coligativas de cualquier disolución, permitiendo que la disolución sea retenida en el lado bajo presión de la membrana y el solvente puro (agua potable o reutilizable) la atraviese.

¿Por qué decimos que es inversa?

Buena pregunta. Evidentemente, si hablamos todo el rato de ósmosis inversa es porque existe una ósmosis normal. El proceso de ósmosis normal que tiene lugar en la naturaleza es el siguiente: En una disolución, lo habitual es que el solvente (el agua) se desplace de una zona de baja concentración de disolución hacia un área de alta concentración. Ese movimiento a través de la membrana genera una fuerza, la llamada presión osmótica.

Tal y como ya hemos visto la ósmosis inversa es ni más ni menos que la aplicación de una presión externa que rompa la presión osmótica natural de la disolución, haciendo que se invierta el flujo y que, por lo tanto, en una disolución de agua residual contaminada, el agua pura atraviese la membrana semipermeable separándose de los residuos.

Imagen: Wikipedia

Ahora que ya tienes un poco más claro qué es y cuál es el funcionamiento de la ósmosis inversa, te alegrará saber que en Eneragua utilizamos esta técnica de depuración para instalaciones industriales tanto de agua salobre (procedente de la red pública, acuíferos subterráneos o superficiales) como de agua marina (procedente de pozos playeros).

Cada uno de estos tipos de agua tiene sus propias características. El agua salobre, como su propio nombre indica, es rica en sales y con una baja concentración de materia orgánica y patógenos. El agua marina, por su parte, tiene escasa concentración de solidos en suspensión, alta cantidad de materia orgánica y biológica y una alta concentración de sales minerales.

El gran beneficio de la ósmosis inversa es que se trata de un proceso puramente natural, sin intervención directa de activos químicos, por lo que es tremendamente respetuoso con el medio ambiente. Además, se requiere un consumo mínimo de energía para llevarlo a cabo. Todo ventajas.